Breve itinerario hacia el procomún

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(CC) Colaborabora

El pasado 28 de diciembre se publicaba en El País un reportaje bajo el título “La revolución cultural del procomún” en el que aparecían citados colectivos y proyectos como CCCB Lab, Media-lab Prado, Platoniq, ColaBoraBora, Bookcamping, Goteo y nosotros mismos, entre otros. El trabajo ha sido elaborado por el periodista Antonio Fraguas y parte de unas declaraciones extraídas de una entrevista previa. Desde ZEMOS98 hemos querido publicar ahora el contenido íntegro de las respuestas.

Pregunta: ¿Cómo descubristeis el procomún y qué os llevó a montar un festival inspirado en este concepto?

Respuesta: ¿Puede el procomún descubrirse? Es decir, quizás el procomún siempre estuvo ahí, sólo que no lo designábamos con ese nombre. Quizás la mejor metáfora para definir nuestros bienes comunes sean las recetas de comida. ¿Durante cuánto tiempo y entre cuántas personas se han intercambiado cuántas recetas? Suena a ecuación cultural, pero es que realmente la idea de compartir es muy antigua y no siempre pertenece a la cultura occidental. Nuestra relación con el procomún es un proceso de aprendizaje que tiene fases que se relacionan más con la intuición, en un principio, y otras de mayor concienciación política a medida que pasa el tiempo.

En concreto y en la historia de nuestro Festival, la clave fue crecer con Internet. La digitalización de la cultura ha provocado cambios que eran inesperados para muchos. Sobre todo para el viejo modelo de Industria Cultural. Sin embargo por nuestro Festival han pasado cientos de artistas, activistas, educadores, etc. y casi todos comparten la necesidad de generar espacios comunitarios donde poder compartir ideas, metodologías, procesos...

Nuestro Festival se relaciona con el procomún a través de una serie de conceptos que conforman un territorio en el que siempre nos hemos sentido cómodos. Ese territorio tiene que ver con facilitar el acceso a la cultura como derecho, resignificar las relaciones con lo público, tensando y ejerciendo una intermediciación con la ciudadanía y teniendo claro que nuestro trabajo debía ser compartido, abierto y distribuido. Con el paso de los años Internet reveló que necesitábamos otros espacios (a parte de los digitales) para poder compartir cultura. Por eso, y como diría el colectivo Platoniq, nuestra intención con el Festival es "analogizar lo digital". Poder llevar a cabo experiencias formativas y performativas en torno a la idea de compartir y remezclar cultura.

P.: ¿Qué proyectos inspirados en el procomún os parecen más interesantes?

R.: El procomún está de moda. Para lo bueno y para lo malo. El mercado ya ha entendido que compartir y remezclar son dos palabras que los usuarios han adoptado y que ya están fagocitando. Por eso hay que defender los proyectos en los que compartir tenga un interés político o social. Quizás sea la primera distinción esencial que haya que hacer. La segunda que hay que tener respeto por la gente que viene trabajando en este campo de acción y pensamiento desde hace mucho tiempo. Quizás podríamos citar a algunos, siendo conscientes de lo perverso que es hacer listas y ordenar el mundo incluyendo a unos y dejando fuera a otros, algunos de ellos serían: Platoniq, El laboratorio del Procomún de Medialab Prado, la investigación de "Empresas del Procomún" de Yproductions, el proyecto ColaBoraBora de AMASTÉ, la Xnet y su Forum de Cultura Libre, la Fundación de los Comunes, la plataforma de microfinanciación GOTEO, el muy ilusionante Bookcamping, distribuidoras como HAMACA (por ser la primera en gestionar obras Creative Commons), Traficantes de Sueños, Hacktivistas.net y todas sus campañas así como los grupos de música, netlabels, programas de radio, comunidades, artistas y escritoras que ceden su material con licencias libres o personas como María PTQK, Pablo Soto, Ignasi Labastida, Javier de la Cueva, David Bravo, etc.

P.: ¿El creador o grupo de creadores que trabaja inspirado en el
procomún está condenado al amateurismo o a no llegar a públicos masivos?

R.: No creemos esta sea la más importante de las reflexiones que puede plantear pensar el procomún. Lo que es una obviedad es que si trabajas en la esfera "mainstream" te relacionas con una estructura que, en la mayoría de los casos, tiende a ser restrictiva sobre cómo, porqué y hacia dónde debe derivar la cultura. Por otra parte no hay que considerar el amateurismo de manera despectiva. Muchos de los proyectos que nacen con la filosofía del bajo coste, lo son así por cuestiones políticas. Así mismo, la creación que a nosotros nos interesa tiene que estar relacionada con un posicionamiento crítico que nos ayude a construir sociedades más autónomas. Lo importante es saber qué está detrás de las propuestas de los creadores. Ahora más que nunca, la honestidad, el código fuente de cada uno, o la relación con su contexto y comunidad son valores muy importantes a tener en cuenta.

Internet nos ha ofrecido la posibilidad de transformar mínimamente las jerarquías, de generar comunidades de intereses compartidos, de someter a una crítica distribuida dichos procesos, enriqueciéndolos, "complejizándolos", remezclándolos. Ahora la ciudadanía tiene más medios para construír su propia cultura. Para contar su propia historia. Lo más interesante de esto para nosotros, no es sólo cómo va a funcionar el mercado, sino también cómo van a funcionar las ciudades. Al fin y al cabo, lo importante es saber cuáles son nuestros patrones de convivencia y ser capaces de reinventarlos. Eso es precisamente el 15M. Una excusa para reinventar el sistema. Y en ese sistema, hay que cuidar los bienes comunes. Y hay que expulsar a quienes tienen como objetivo lucrarse a toda costa.

¿Es el "crowfunding" de GOTEO la panacea de este modelo? Probablemente no por sí mismo, no exclusivamente, pero tenemos que atrevernos a experimentar y cuestionar las formas con la que nos gobiernan los mercados, y el “capital riego” nos parece una excelente manera de intentarlo. Como dice David Bollier “el procomún resitúa lo que entendemos por producción creativa, que pasa de un contexto de mercado a otro más amplio, el de nuestra vida social y nuestra cultura política. El procomún inaugura un debate más amplio, más vibrante”. Tenemos que estar preparados.

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