Cooperamor por un tubo

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(cc) Julio Albarrán

El «Código Fuente Audiovisual», tal y como se explica en esta genealogía que hemos publicado en EMBED.at, es muchas cosas a la vez. Principalmente es un formato híbrido de proyección y conferencia. Pero también es una metáfora de cómo entender la cultura. Una cultura en la que somos deudoras de los relatos que almacenamos en nuestra identidad. Y una cultura que no se entiende si no es a través de la interdependencia cognitiva.

Este año era la primera vez que probábamos a experimentar una serie de reglas nuevas asociadas al formato. La principal era la idea de tematizarlo. Entendiendo que todas tenemos, no uno, sino muchos códigos fuentes audiovisuales (tantos como caminos decidamos escoger). Y Saioa Olmo tenía la difícil premisa de responder a la siguiente pregunta: ¿Qué relatos audiovisuales te representan para cartografiar el concepto de amor en relación al concepto de comunidad?

Y su primera respuesta vino a través de una canción. Mientras el público iba entrando en la sala, sonaba de fondo Si tú me dices ven, lo dejo todo de Los Panchos. Probablemente, más de una sintiera un escalofrío en la espalda. Pero pronto Saioa lo dejó claro: «En las comunidades, no lo dejamos todo». Las personas que no tienen un trabajo estable, y que se adentran en el trabajo cooperativo o comunitario, suelen ser malabaristas que tratan de compatibilizar lo creativo, lo productivo, lo doméstico...con ver a las amigas, con la dieta equilibrada y con un largo etc con el que seguro no te cuesta identificarte al leer esto. Fue en este momento cuando entró en escena Peru.

Peru es una persona disfrazada de muñeco inanimado que sirvió de elemento performativo para Saioa a lo largo de toda su sesión. Nos regaló momentos maravillosos. Como ellos dos tirándose y dejándose coger por el público en medio de la rave de “Matrix”. O creando una escena poética que donde ambos ven la famosa escena de la bolsa de American Beauty . El público contemplando a dos personas contemplando lo que otras dos contemplan. Un ejercicio de metalenguaje que terminó con un beso de Saioa a Peru, pareciendo calcar los movimientos proyectados en pantalla y escribiendo en nuestro sistema nervioso un momento inolvidable.

Saioa dejó claro desde el principio que su sesión no iba a ser una simple conferencia comentada. Llevó el formato a unos lugares donde el cuerpo y lo performativo transforman por completo la relación que establecía el público con ella. Río y bailó. Se mostró nerviosa. Dubitativa. Exagerada. Por momentos segura, por momentos vulnerable. Y con su elección escénica llevó el formato a un territorio inexplorado. El «Código Fuente Audiovisual» como una excusa para desnudar nuestras/sus contradicciones. Arriesgándose a hacer una selección de fragmentos que muchos considerarían comerciales y/o del ámbito mainstream. Pero no para fagocitarlas. Sino para deconstruir dichas imágenes y compartir su identidad con nosotras.

Entonces, ¿qué hay del amor? Porque tal y como Saioa nos recuerda: «No existe uno, sino muchos amores». Y probablemente aquel que tengamos grabado a fuego en nuestro ADN identitario, es la idea de amor romántico. Un amor representado por los discursos hegemónicos en el que funciona como arma posesiva. Un amor en el que hay hombres héroes que se hacen indispensables. Y quizás este fuera otro de los grandes momentos de la sesión.

Saioa realizó un speech ácido e implacable sobre la escena final de Dirty Dancing . Una escena llena de tópicos y estereotipos sobre las relaciones de amor. Donde gracias a Saioa ya nunca olvidaremos la imagen de un Johnny Castle (Patrick Swayze) mostrándose como un macho alfa al frente de una manada seducida por sus ritmos; o a su padre tratando a su hija Baby Houseman (Jennifer Grey) como mercancía y acciendo a entregársela a Johnny. Una relectura de imágenes donde Saioa parecía estar rapeando todas las miserias del modelo de amor heteropatriarcal representados en la escena.

Hubo muchos más momentos (y vídeos). Todos ellos los podéis consultar en el vídeo del streaming que tienes a continuación de este párrafo. Pero como final, Saioa nos propuso una versión hackeada de la escena del levantamiento de la casa en Único Testigo , donde la canción estrella que canta la comunidad es: cooperamor.

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